Hoy os quiero compartir la historia y experiencia de una persona muy especial. Como dice ella, ha sido un camino duro, pero sin duda sanador. Gracias a ti por dejarme acompañarte.
“La verdad que no sé por dónde empezar a relatar mi historia así que habrá que empezar por el principio… Todo empieza hace unos 2 añitos volviendo de mi paseo rutinario con los perros, decido que voy a empezar OTRA de las muchas dietas que llevo realizadas, pero yo sabía que esta iba a ser la definitiva, la de verdad la que iba a salir en sus stories con el antes y el después… La verdad que nunca salí en sus stories y nunca realicé esa dieta pero sí que puedo decir que fue la de verdad. Ese e-mail ha sido el cambio definitivo en mi vida ha sido el antes y el después a mi nueva vida.Una vez que yo hablo con la nutricionista ella me comenta, que ve en mí que hay un bloqueo bastante importante y que porque no pruebo en ir antes a una psicóloga y una vez que yo esté mejor se puede empezar con la nutrición. A mí no me parece mala idea ya que no era la primera vez que acudía a un psicólogo y bueno, no iba a perder nada por intentarlo.
Una vez que yo hablo con la nutricionista ella me comenta, que ve en mí que hay un bloqueo bastante importante y que porque no pruebo en ir antes a una psicóloga y una vez que yo esté mejor se puede empezar con la nutrición. A mí no me parece mala idea ya que no era la primera vez que acudía a un psicólogo y bueno, no iba a perder nada por intentarlo. Me pongo en contacto con Cristina y concretamos una cita y aún ilusa de mi le pregunta si con 10 sesiones será bastante por cogerme el bono o no…. Jejejeje, no sabía lo que se me venía encima… hoy en día aún recordamos esa mítica pregunta.
La sesiones van pasando hablando de los atracones, de las dietas, de la separación de mis padres, la muerte de mi abuelo…. Y Cristina, enseguida ve, que puede ser interesante empezar a trabajar con terapia EMDR para curar los traumas de la infancia y así poder abordar los problemas que hay en el presente.
Antes de empezar a abordar el EMDR según van pasando las sesiones yo voy ganando confianza con ella veo que es con la persona que estoy a gusto y que confío en ella y le abordo mi gran secreto y mi gran confesión: hay un consumo muy importante de cocaína en mi vida. Así que comienza el EMDR y la verdad que me resulta muy complicado poder describirlo porque hay que vivirlo. A mi me ha supuesto una sanación total conmigo misma, con mi adicción a la cocaína y con mis traumas. Es increíble como trabaja nuestro cerebro, como todo está conectado y como una trauma te lleva al otro trauma y al final de todos los traumas te llevan al principio.
Es una viaje increíble por tu cerebro y por tu vida.
No es un camino fácil, ha sido duro, pero duro de cojones he llorado mucho, he sufrido mucha ansiedad en las sesiones. Había días en que se habría una nueva conexión y era imposible entrar en ella porque la ansiedad se desbordaba e incluso parecía que me faltaba el aire del daño que en ese momento me estaba causando y por lo tanto del daño que en la infancia me había causado y, en casi todas las ocasiones, hasta que no empezaba a trabajarlo ni yo era consciente del daño que me había producido….
No es un camino fácil, ha sido duro, pero duro de cojones he llorado mucho, he sufrido mucha ansiedad en las sesiones. Había días en que se habría una nueva conexión y era imposible entrar en ella porque la ansiedad se desbordaba e incluso parecía que me faltaba el aire del daño que en ese momento me estaba causando y por lo tanto del daño que en la infancia me había causado y, en casi todas las ocasiones, hasta que no empezaba a trabajarlo ni yo era consciente del daño que me había producido….
Ha sido increíble trabajar esta terapia, ha sido un aprendizaje brutal. Me he conocido, me he perdonado y me he curado y, sobre todo y más bonito de este viaje, es que he podido abrazar a esa niña que tan sola se había sentido, que tanto dolor tenía dentro, que tanto y tanto llamaba la atención para que la gente le hiciera caso y poder sentirse ella querida, a esa niña que tanto miedo le tenía a la soledad. A esa adolescente que eligió el camino erróneo pero qué lo hizo de la manera que supo y a esa adulta que siguió con el consumo porque era de la única manera que sabía hacer las cosas. A esa niña, a esa adolescente y a esa adulta la he comprendido y la he sanado.
Gracias Cristina por darme las mejores herramientas para abordar todo este trabajo, por tu respeto hacia mi, por no juzgarme nunca, por dejarme mis espacios cuando los he necesitado, por ponerme las pilas cuando había que hacerlo, por estar SIEMPRE que lo he necesitado . No tendré vida suficiente para agradecerte todo lo que has hecho por mi. Por hacer posible que esa Arancha, que tú supiste desde el principio que estaba escondida, saliera de su escondite para pisar bien fuerte su nueva vida. ¡Gracias!
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