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Ansiedad por la comida

Te voy a contar una situación, a ver si te resulta familiar y con la que te sientes identificada:

Te has propuesto bajar de peso, cambiar tu alimentación y hacer ejercicio. Para ello, has decidido que “no voy a volver a tomar chocolate”, que solo vas a comer comida saludable y que los dulces ya no tienen cabida en tu alimentación. Reconoces que los dulces te encantan, pero que esta vez vas a tener fuerza de voluntad.

De repente, estás en casa, te sientes algo ansiosa, cansada, preocupada… y empiezas a sentir ansiedad por comer que se traduce en un deseo intenso de comer, de comer dulces. Sabes que lo que quieres no es sano, que eso no te ayuda a bajar de paso, que vas a engordar… pero llega un momento que no puedes más. Tratas de convencerte que solo va a ser una galleta, y sin darte cuenta, acabas con medio paquete.

Al poco tiempo, te sientes culpable y frustrada, y vienen a tu mente pensamientos del tipo “¿Por qué no soy capaz?”, “eres un desastre”, “nunca vas a lograrlo”.

¿Te suena esta situación? ¿Te resulta familiar? ¿Te sientes identificada?

Pues tengo que decirte que ¡no estás sola!. Yo también me sentí así durante mucho tiempo, sintiendo que la comida me dominaba y que no iba a ser capaz nunca de salir de este bucle.

Quiero decirte que es posible, y que quiero ayudarte a poder gestionarlo.

¿Qué es la ansiedad por la comida?

La ansiedad por la comida, es una sensación que, se vive muy intensamente, que te lleva comer de manera compulsiva, a tener atracones o a comer sin tener aparentemente hambre. Es como un deseo muy impulsivo que nos lleva a acercarnos a la comida y con el que nos sentimos muy descontrolados y que no podemos parar.

“Cuando llego de trabajar, lo primero que hago es abrir la nevera y no puedo parar” “Tengo mucha ansiedad y no puedo parar” “Empiezo a comer y no paro” “Siento que tengo mucha hambre y no puedo parar”

Cierto es, que en muchas ocasiones, se confunde la ansiedad con el hambre, y realmente no sabemos lo que estamos sintiendo. En otro post, hablaremos de ello.

Para poder diferenciarlo, existen situaciones que nos indican que no es hambre y que lo que estamos sintiendo podría ser ansiedad:

  1. Cuando sentimos un impulso que no podemos controlar y terminamos comiendo

  2. Esta situación nos genera mucho malestar y resulta muy desagradable

  3. Sentimos que la comida nos domina y no podemos alimentarnos de manera consciente

La consecuencia de estas situaciones suele ser atracones, picoteos constantes, comer de manera compulsiva… además de hacer elecciones ricas en grasas y azúcares

¿Qué podemos hacer ante esta situación?

  1. SUELTA LA MENTALIDAD DIETA Y LOS ALIMENTOS PROHIBIDOS

La restricción a la que estamos sometidos cuando hacemos una dieta, hace que le demos un poder reforzante a los alimentos. Solo por el hecho de tenerlos prohibidos o restringidos, nuestra mente nos lleva a ellos.

De esta forma, nuestras decisiones sobre la comida se van a ver influenciadas por esa restricción, de manera que cuando lo comamos, no seremos capaces de parar.

  1. APRENDE A GESTIONAR EL ESTRÉS Y LAS EMOCIONES

Detrás de cada atracón o cada comida compulsiva, suele haber emociones que no están bien gestionadas. Durante muchos años, hemos utilizado la comida para gestionar situaciones complicadas y desagradables, de modo que la comida ha sido más como un parche o un bálsamo.

En estás circunstancias, la comida se ha convertido en nuestro aliada, nuestro intento de solucionar el problema.

Empezar por reconocer que emociones están cuando comemos, nos dará información de aquella necesidad que queremos satisfacer con la comida

Por ejemplo: “Cuando estoy en casa y me siento aburrida, no soy capaz de parar de comer”. La función que tiene aquí la comida, puede ser buscar la necesidad de divertirnos, distraernos, relajarnos…. Buscar que es lo que me puede divertir o distraer será fundamental para cubrir la necesidad

  1. COME DE MANERA CONSCIENTE

“Cuando vayas a comer, come”. Olvídate de poner la televisión, de usar el móvil o de distracciones. El piloto automático con el que solemos comer, no nos ayuda a entrar en contacto con nuestras sensaciones de hambre y plenitud, por lo que comeremos con más rapidez y con mas ansiedad.

Parar y ser conscientes de los colores, olores, sabores… no ayudará a estar más satisfechos, comer más calmados y tener menos ansiedad

Espero que este post te haya resultado interesante. Si crees que necesitas más ayuda para mejora tu relación con la comida y cuidarte, estaré encantada de poder ayudarte

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